Con mi martiyo
de martiyar peyeto
aboye mi oya
cayé a cris
y apoyé al yano.
Señora dixit:
Horror.
Pobres de nosotras
que olvidamos en marcelo t
las masas finas
y tuvimos que tragar
asqueadas
los bizcochitos.
De pensar me da arcadas.
A la hora del té,
mi garganta pedía respiro
porque años ha que grita:
“Basta de inmundicia para los pobres.
El que quiere puede.
La redistribución es tirar caca a los cochinos.”
Grandes y pequeños.
No hace falta ser dios para tener
todas las hectáreas
y el que no, que trabaje.
Y después de decir lo que sabía
tuve que tomar mate
para darle respiro a mi corazoncito
de lo terrible
de los bizchochitos
de grasa.
:(! jej
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