domingo, 17 de abril de 2011

El libro de la historia del Che



Hijo de Augusto
hijo de Lautaro:

Lautaro
“Inche Lautaro
apumbin ta pu huinca”

(Yo soy Lautaro, que acabo con los españoles)
casado con Guaconda
y hermano a su vez de Caupolicán (el flechador del cielo)
y de Colocolo
engendró a Oropello;
Oropello engendró a Lecolón
y a sus hermanos;
Lecolón engendró a Talco;
Talco engendró a Rengo;

Rengo engendró a Tupac-amaru;
Tupac-amaru engendró a Tupac-yupanqui;
Tupac-yupanqui engendró a Tucapel;
Tucapel engendró a Urraca de Panamá;

Urraca engendró a Diriangén de Nicaragua
y éste se suicidó
en las faldas del volcán Casitas
para nunca ser capturado;
Diriangén a Adiact
y éste fue colgado

en un palo de tamarindo que está en Subtiava
“Aquí murió el último jefe indio”
y la gente de otras partes lo llega a ver como gran cosa;
Adiact engendró a Xóchitl Ácatl (Flor de caña);
Xóchitl Ácatl engendró a Guegue Miquistl (Perro viejo);
Guegue Miquistl engendró a Lempira;
Lempira engendró a Tecún-Umán;
Tecún-Umán engendró a Moctezuma Iluicamina;
Moctezuma Iluicamina engendró a Moctezuma Xocoyotzin;
Moctezuma Xocoyotzin engendró a Cuauhtemotzin
y éste fue ahorcado por Cortés

y dijo:
“Así he sabido
lo que significa confiar
en vuestras falsas promesas
¡oh Malinche (Cortés)
yo supe desde el momento
en que no me di muerte
por mi propia mano
cuando entrasteis a mi ciudad
de Tenochtitlán
que me tenías reservado este destino”.
Cuauhtemotzin engendró a Quaupopoca;
Quaupopoca engendró a Tlacopán;

Tlacopán engendró a Huascar;
Huascar engendró a Jerónimo;
Jerónimo engendró a Pluma Gris;
Pluma Gris engendró a Caballo Loco;
Caballo Loco engendró a Toro Sentado;
Toro Sentado engendró a Bolívar;
Bolívar engendró a Sucre;
Sucre engendró a José de San Martín;
José de San Martín engendró a José Dolores Estrada
José Dolores Estrada engendró a José Martí;
José Martí engendró a Joaquín Murrieta;
Joaquín Murrieta engendró a Javier Mina;
Javier Mina engendró a Guerrero;
Guerrero engendró a Emiliano Zapata;
Emiliano Zapata engendró a Pancho Villa;
Pancho Villa engendró a Ortiz;
Ortiz engendró a Sandino;
Augusto César Sandino

hermano de Juan Gregorio Colindres
y de Miguel Ángel Ortez
y de Juan Umanzor
y de Francisco Estrada
y de Sócrates Sandino
y de Ramón Raudales
y de Rufo Marín

y cuando hablaba decía:
“Nuestra causa triunfará
porque es la causa de la justicia
porque es la causa del amor”

y otras veces decía:
“Yo me haré morir
con los pocos que me acompañan
porque es preferible
hacernos morir como rebeldes
y no vivir como esclavos”.

Sandino engendró a Bayo;
el esposo de Adelita
del cual nació el Che
que se llama Ernesto.

Leonel Rugama
gozó de la tierra prometida
en el mes más crudo de la siembra
sin más alternativa que la lucha.

Canto a Fidel


Vámonos,
Ardiente profeta de la aurora,
Por recónditos senderos inalámbricos
a liberar el verde caimán que tanto amas.

Vámonos,
Derrotando afrentas con la frente
Plena de martianas estrellas insurrectas,
Juremos lograr el triunfo o encontrar la muerte.

Cuando suene el primer disparo y se despierte
En virginal asombro la manigua entera,
Allí, a tu lado, serenos combatientes,
Nos tendrás.

Cuando tu voz derrame hacia los cuatro vientos
Reforma agraria, justicia, pan, libertad,
Allí, a tu lado, con idénticos acentos,
Nos tendrás.

Y cuando llegue el final de la jornada
La sanitaria operación contra el tirano,
allí, a tu lado, aguardando la postrer batalla,
Nos tendrás.

El día que la fiera se lama el flanco herido
Donde el dardo nacionalizador le dé,
Allí, a tu lado, con el corazón altivo,
Nos tendrás.

No pienses que puedan menguar nuestra entereza
Las decoradas pulgas armadas de regalos;
Pedimos un fusil, sus balas y una peña.
Nada más.

Y si en nuestro camino se interpone el hierro,
Pedimos un sudario de cubanas lágrimas
Para que se cubran los guerrilleros huesos
En el tránsito a la historia americana.
Nada más.

(México 1956)

lunes, 11 de abril de 2011

Silencio

“Porque crecimos a golpes,
porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos…”

Gabriel Celaya

El silencio se comió a los compañeros…
no fue sólo el mar y la picana,
no fueron sólo los dientes afilados de la noche,
ni las botas pisando el canto de los grillos,
fue el silencio asesino,
el silencio que enterró en pozos sin tumba
la brasa mineral de todo el fuego
que hizo arder el árbol de la vida,
el silencio que se esconde en las usinas,
en las cárceles,
en las escuelas y los hospitales,
el silencio inmaterial que nos asfixia,
que nos mutila las entrañas,
que nos machaca las neuronas,
el silencio con café de la academia,
el silencio rutilante de la tanda comercial,
el silencio que dio a luz tantos silencios,
el que calla a bastonazos en el cráneo,
el silencio que nos convierte en asesinos
cuando sangra la vida y nos callamos.